Desde sus inicios el mundo esconde grandes maravillas que poco a poco han sido descubiertas. Entre ellas se encuentran los diamantes, grandes protagonistas de la alta joyería. Uno de los hallazgos más extraordinarios de la historia es Cullinan: el diamante más grande que se ha descubierto en la historia.
Historia del diamante Cullinan
En enero de 1905, Frederick Wells, gerente de la Premier Diamond Mining Company, encontró el diamante Cullinan enterrado en las profundidades de la mina Premier N.º2 en Sudáfrica.
Esta piedra preciosa, bautizada en honor a Thomas Cullinan, propietario de la mina, superaba con creces en tamaño a cualquier otro diamante conocido en ese momento.
Después del hallazgo, el gobierno de la colonia sudafricana de Transvaal lo adquirió por 150.000 libras, y en 1907 lo obsequió al rey Eduardo VII de Inglaterra.
Posteriormente, el diamante Cullinanse envió a Royal Asscher Diamond Company en Holanda para que sedividiera en piezas de menor tamaño.
Corte del diamante Cullinan
Transformar el diamante más grande de la historia en diferentes piedras preciosas más pequeñas era un trabajo que requería de gran conocimiento. Esta labor fue encomendada a la renombrada casa Asscher de Ámsterdam, conocida por su maestría en el arte de cortar diamantes.
La confianza depositada en Joseph Asscher era muy grande, dado el valor incalculable de la piedra y el desafío técnico que presentaba su corte. Tras un primer intento que terminó con la rotura de la hoja de acero de corte dada la dureza del diamante, Asscher logró dividir el diamante, iniciando así un proceso meticuloso que daría vida a 105 diamantes de menor tamaño, 9 trozos grandes entre las que destacan Cullinan I y Cullinan II.
Características físicas y químicas del Cullinan
Originalmente, este diamante de características extraordinarias pesaba 3.106 quilates, lo que se traduce en 621.2 gramos y un tamaño de 10.1×6.35×5.9 centímetros. Desde entonces ostenta el récord de ser el diamante más grande encontrado de la historia.
La talla y el pulido del Cullinan dio lugar a 105 gemas de diferentes tamaños, siendo la más grande el Cullinan I, también conocido como la «Gran Estrella de África«, que pesa 530.2 quilates.
En cuanto a dimensiones, el Cullinan I mide 5.89 cm x 4.54 cm x 2.77 cm, lo que lo continuaba haciendo un diamante con una presencia imponente. Su corte, en forma de pera con 76 facetas, le hace tener un gran brillo y realza su claridad.
El color del Cullinan se clasifica como «casi incoloro«, situándolo en una de las categorías más altas para diamantes en términos de color.
Otra pieza destacada del Cullinan es el Cullinan II, o la «Segunda Estrella de África«, con un peso de 317.4 quilates. Se encuentra en la Corona Imperial Británica y, al igual que el Cullinan I, posee una gran claridad y un color casi incoloro que lo hace extremadamente valioso.
Desde el punto de vista geológico, se estima que el Cullinan se formó hace aproximadamente 1.18 mil millones de años bajo las condiciones extremas de alta presión y temperatura del manto terrestre.
Su viaje desde las profundidades de la Tierra hasta su descubrimiento en la mina Premier hace aún más interesante la historia de este diamante de dimensiones sin precedentes.
Importancia histórica del diamante Cullinan
La donación del diamante Cullinan al rey Eduardo VII por parte del gobierno de la colonia de Transvaal fue un gesto cargado de significado político, destinado a crear lazos y sanar las heridas dejadas por conflictos pasados.
A lo largo de los años, las gemas resultantes del Cullinan han decorado las insignias y joyas de la realeza británica, sirviendo como recordatorios de la extensión y la riqueza del Imperio Británico.
Valor del diamante Cullinan
Estimar el valor del Cullinan en términos monetarios es complicado debido a su singularidad histórica y cultural. Sin embargo, en el ámbito de los diamantes, donde el tamaño y la pureza dictan el valor, el Cullinan se sitúa en una categoría propia. Se estima que su valor superaría con creces los dos mil millones de dólares si se mantuviera intacto.
Curiosidades sobre el diamante Cullinan
El diamante Cullinan está rodeado de algunas curiosidades y leyendas que hacen más interesante su historia. Desde el supuesto desmayo de Asscher al dividir la piedra hasta el ingenioso engaño que protegió su viaje a Londres, cada anécdota hace más grande su leyenda. Además, el apodo «Granny’s Chips«, dado por la Reina Isabel II a Cullinan III y IV, añade un toque de intimidad familiar a estas joyas de incalculable valor.
Dentro de las numerosas curiosidades que rodean al diamante Cullinan, hay una particularmente fascinante que mezcla la literatura con la realidad. Julio Verne, conocido por su asombrosa capacidad para anticipar el futuro en sus obras, es una figura central en esta anécdota. Verne, en su novela «La Estrella del Sur» («L’Étoile du sud»), imaginó la existencia de un enorme diamante que desaparecía misteriosamente.
El diamante Cullinan en la actualidad
Hoy en día, los nueve diamantes principales siguen siendo propiedad de la monarquía británica y desempeñan un papel destacado en las ceremonias de coronación, como la reciente de Carlos III. Estas gemas son parte integral de las insignias reales y se encuentran en el Cetro del Soberano con Cruz.
Cullinan I, que se sitúa en el Cetro con la Cruz, lo lleva el monarca en su mano derecha durante su coronación. Este diamante fue el más grande del mundo hasta 1985, momento en el que el Golden Jubilee Diamond lo superó en tamaño.
El Cullinan II adorna la Corona Imperial del Estado, expuesta en el Museo de la Torre de Londres.
Los Cullinan III y IV se han utilizado para crear un broche, donde el Cullinan IV pende del III.
Los demás diamantes Cullinan que forman parte de las joyas de la corona británica se encuentran actualmente incrustados en diferentes piezas pertenecientes a la Casa Real.
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