La historia del reloj nace por la necesidad de medir el tiempo. Desde los primeros humanos, que se guiaban por el sol y las estrellas para organizar sus actividades, hasta la actualidad, en la que casi cualquier dispositivo incorpora uno y en la que la alta relojería perdura como el arte de fabricarlos de forma artesanal.
Relojes de arena y agua: los primeros relojes
Los primeros relojes fueron mecánicos, y se basaban en el paso de la arena o el agua. El reloj de arena es uno de los más antiguos, y se remonta a la antigua Mesopotamia. Consistía en dos recipientes unidos por un cuello estrecho, en el que se vertía arena de forma constante. El tiempo se medía por el tiempo que tardaba la arena en pasar de un recipiente a otro.
El reloj de agua, también conocido como clepsidra, es un poco más moderno, y se remonta al Antiguo Egipto. Eran vasijas con agua y un orificio en la base para medir tiempo según el flujo. Se usaron en tribunales y campañas militares.
En China, en el siglo XI, Su Song creó un reloj astronómico impulsado por agua, preciso y detallado, que mostraba figuras y sonidos para marcar las horas.
Las primeras innovaciones: el péndulo
La primera innovación significativa en la historia de los relojes fue el péndulo. El péndulo fue descubierto por el físico italiano Galileo Galilei en el siglo XVI. El péndulo es un cuerpo que oscila de un lado a otro de un soporte. La frecuencia de oscilación de un péndulo es constante, lo que significa que tarda lo mismo en completar una oscilación, independientemente de su longitud.
El péndulo se utilizó por primera vez en un reloj en 1656 por el científico holandés Christiaan Huygens. El reloj de péndulo de Huygens era mucho más preciso que los relojes anteriores, que se basaban en ruedas dentadas y engranajes. Los relojes de péndulo se convirtieron rápidamente en el estándar para la medición del tiempo.
Los primeros avances: la manecilla
Los primeros relojes sólo tenían una manecilla, que indicaba la hora. La manecilla de los minutos fue añadida por primera vez en el siglo XVII por Daniel Quare aunque no fue hasta el siglo XVIII cuando comenzó a utilizarse de forma generalizada.
El despertador mecánico
El despertador mecánico fue inventado en el siglo XIX. El despertador mecánico utiliza un mecanismo de alarma para despertar a la persona que lo utiliza. El despertador mecánico se convirtió en una herramienta esencial para las personas que necesitaban levantarse a una hora determinada, como los trabajadores o los estudiantes.
La unificación de los husos horarios
Antes de la invención de los husos horarios, cada ciudad tenía su propia hora local. Esto podía ser confuso y problemático, especialmente para las personas que viajaban largas distancias.
En 1884, la Conferencia Internacional del Meridiano estableció el sistema de husos horarios. El sistema de husos horarios divide el mundo en 24 zonas horarias, cada una con una hora diferente. El sistema de husos horarios hizo que fuera mucho más fácil viajar y comunicarse entre diferentes partes del mundo.
El reloj de pulsera: el auge de los relojes mecánicos
El florecimiento de la industria relojera tuvo lugar a finales de 1890, en lo que se reconoce como su segunda transformación. Durante esta fase, el reloj dejó de ser considerado exclusivamente como un artículo de lujo para convertirse en un accesorio de uso generalizado.
En 1906, se produjo un hecho importante con la fabricación del primer reloj de pulsera diseñado para hombres. La firma Cartier fue responsable de este logro, motivado por la necesidad del aviador Alberto Santos Dumont de consultar la hora sin soltar los controles de su avión.
A partir de ese momento, la evolución de los relojes experimentó un rápido crecimiento, impulsado por la creación de modelos con innovaciones técnicas que añadían valor a lo que previamente era simplemente una herramienta para medir el tiempo. Surgieron los primeros relojes automáticos, cronógrafos y otras características que se desarrollaron con el paso de los años.
Hacia finales de la década de 1960, la introducción del reloj de pulsera de cuarzo marcó un punto de inflexión en la industria relojera, dando lugar a lo que se conoce como la crisis del cuarzo. La producción en masa de estos relojes, de menor coste, tuvo un impacto significativo en las casas relojeras suizas, que requirieron varios años para recuperarse por completo de esta crisis.
La alta relojería en la actualidad
En la actualidad, la alta relojería se entiende como un arte de fabricar relojes mecánicos de la más alta calidad. Los relojes de alta relojería son sinónimo de artesanía, precisión y lujo.
Muchos de los modelos de alta relojería son fabricados en Suiza, que es el país con la mayor tradición relojera del mundo. Las marcas de alta relojería suiza son famosas por su maestría técnica, su uso de materiales de alta calidad y su diseño elegante.
Algunos de los elementos que caracterizan a los relojes de alta relojería son:
- Manufactura: Los relojes de alta relojería suelen ser fabricados de principio a fin por una sola empresa. Esto significa que la empresa es responsable de todo el proceso de fabricación, desde el diseño y la ingeniería hasta la producción y el montaje.
- Innovaciones técnicas: Los relojes de alta relojería suelen incorporar las últimas innovaciones técnicas. Esto incluye nuevos materiales, complicaciones, y movimientos más precisos.
En los últimos años, la alta relojería ha experimentado un auge. Esto se debe a una serie de factores, como la creciente demanda de productos exclusivos, la popularidad de la relojería vintage y el interés por la artesanía.
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