Las joyas antiguas tienen un doble valor, pues al valor económico hemos de sumarle el sentimental. En ocasiones, una misma joya pasa a través de generaciones sin tenerse en cuenta su correcto mantenimiento.
Vamos a ver una serie de consejos generales para el cuidado de las joyas y para recuperar, en la medida de lo posible, el brillo de aquellas que no se hayan mantenido correctamente.
La antigüedad de una joya influye en su resistencia
La joyería antigua no se solía hacer pensando en su duración, con algunas excepciones. Las joyas que se fabrican hoy en día, en especial si hablamos de alta joyería, son más fáciles de cuidar y mantener en condiciones óptimas porque suelen haber recibido algún tipo de tratamiento adicional, como puede ser la aleación del oro con otros metales para trabajarlo a 18 quilates en lugar de a 24.
Si las joyas contienen gemas, al cuidado que debemos tener con la piedra preciosa hemos de sumarle la precaución durante la limpieza para no aflojar los engarces. Cada gema requiere de un cuidado específico, y en algunos casos recomendamos encargar su limpieza a profesionales, sobre todo cuando hablamos de joyas antiguas y de gran valor.
¿Cómo limpiar las gemas?
Si no tiene clara la edad de sus joyas, parta siempre de la premisa de que son muy delicadas. Imaginemos el caso de una joya antigua con gemas, que necesita ser limpiada. ¿Qué hacer para no dañarla?
Límpiela primero con agua, mejor mineral que del grifo, para evitar todo rastro de cloro, en la que haya disuelto un poco de jabón neutro. Después, frote con un paño suave, como el que se emplea para limpiar los cristales de las gafas. Use un cepillo de dientes de cerdas suaves para llegar a todos los espacios, manejándolo siempre con suavidad. No olvide que un diamante se puede romper a consecuencia de un golpe y que el oro, por ejemplo, se raya con facilidad.
¿Cómo limpiar el oro?
El oro de 24 quilates tiende a rayarse y a presentar abolladuras, motivo por el que se ha pasado a utilizar oro de 18 quilates en la confección de las joyas de oro.
El oro blanco, en cambio, suele ser más resistente y soporta mejor el paso de los años porque es una amalgama de oro con otros metales, entre los que destaca el rodio.
Si necesita limpiar una joya de oro amarillo o rosa, nunca use remedios caseros abrasivos como el bicarbonato. Si el agua con jabón neutro no basta, pruebe con vinagre diluido en agua, pues el oro es muy resistente frente a la acción de los ácidos convencionales.
¿Cómo limpiar la plata?
La plata antigua tiende a ennegrecerse porque se va dañando su capa externa. Hay quien prefiere ese tono de plata envejecida, pero también hay personas que desean ver sus piezas de plata siempre brillantes. En este último caso, conviene aplicar sobre la plata soluciones específicas para abrillantarlo.
En cambio, si desea limpiar una pieza de plata tratada con rodio, utilice agua y jabón, como explicábamos al principio, secándola con suavidad, y será más que suficiente para devolverle el brillo original.
Cuidados al usar y guardar joyas de especial valor
Estos son algunos consejos para el correcto mantenimiento y limpieza de las joyas:
- Guarde sus joyas en un joyero de manera que no se toquen entre sí. Es evidente que no sirve cualquier recipiente y que el joyero debe ir forrado con piezas suaves en su interior, en cada uno de sus compartimentos.
- Si vive en una zona de climas húmedos, unas bolsitas antihumedad en el joyero nunca están de más, para proteger las más delicadas de la oxidación natural. Esta es imperceptible en el corto plazo, pero puede marcar la diferencia si hablamos del mantenimiento de joyería antigua.
- No utilice perfumes o laca para el cabello con las joyas puestas: hágalo antes.
- Procure retirar sus joyas cuando se lave las manos, si es el caso, y evite que entren en contacto con compuestos clorados como la lejía. Por supuesto, no utilice joyas en piscinas y, si es posible, tampoco lo haga cuando se bañe en el mar.
- Guarde los collares y gargantillas en horizontal y no en vertical. Sobre todo si son piezas que contengan perlas naturales. Aleje sus joyas con perlas de cualquier sustancia ácida como los perfumes y los limpiadores fuertes.
- En cuanto detectes que un engarce comienza a aflojarse, acude a un joyero de confianza. Es mejor eso que arriesgarse a perder una gema de la pieza.
- Si ha sufrido algún daño, no intente reparar la joya. Si la pieza está muy dañada, consulte a un restaurador si es posible realizar una reparación.
Las joyas pueden verse como algo para lucir y disfrutar, como una inversión o como un recuerdo de valor incalculable. En cualquier caso, cómo cuides una joya va a ser determinante en su mantenimiento.
Aunque la joyería antigua suele ser más delicada que la alta joyería moderna, todas las piezas requieren de una correcta limpieza y mantenimiento.